Pese a tener el 30% de las reservas mundiales del mineral, el litio boliviano no es indispensable en un mercado dominado hasta ahora por otros paísesEl empresario Marcelo Claure aseguró que si Bolivia comienza la producción de carbonato de litio lo antes posible podría capturar el 10% de un mercado que en los próximos 10 años podría representar alrededor de $13. 200 millones.“A nivel global, el mercado de litio está proyectado a crecer un 20% anual, alcanzando 2.973.984 toneladas en los próximos 5 años y 7.430.084 toneladas en 10 años, con un valor estimado de $13.200 millones”, explicó.Claure, que auspicia el proyecto Bolivia 360, advirtió que, a pesar de contar con el 30% de las reservas mundiales del litio, el 70% restante, ubicado en países como Argentina, Chile, China, Australia, Estados Unidos y África, es suficiente para abastecer el mercado mercado global durante un siglo.El empresario precisó que, de hacer las cosas bien, en tres años Bolivia podría exportar 207,360 toneladas, generando $3.110.400.000; en 5 años, 298,598 toneladas, generando $4.478.976 y en 10 años, 743,008 toneladas, alcanzando los $11.145.125.Destacó que el país debe trabajar en garantizar la seguridad jurídica y la estabilidad de los contratos, como condición imprescindible para atraer inversión extranjera, lo que supone además ejecutar reformas legales y eventualmente constitucionales para seducir a “inversionistas serios”.Claure reiteró su propuesta de que el carbonato de litio se venta estratégicamente, con un 80% del valor en efectivo y un 20% de participación en los principales productores y compradores. Con este enfoque, añadió, no solo se generarán ingresos significativos, sino que aumentará el valor de la participación accionaria, que podría alcanzar los $22.736.056.143 en 10 años.“Los principales actores globales en la producción de litio están listos para invertir en Bolivia, pero para aprovechar esta oportunidad, debemos demostrar un compromiso serio y urgente. El tiempo de soñar ha terminado; el momento de actuar es ahora. Si no aprovechamos esta oportunidad, otros países tomarán la delantera, y Bolivia se quedará atrás, perdiendo una oportunidad histórica de desarrollo”, concluyó.
